martes, 30 de junio de 2009

Un barrio diferente a los demás/Un barrio que ha sabido renovarse


Decenas de locales comerciales hacen que no se terminen las visitas


Parroquia de la Vearcruz, declarada monumento histórico del Barrio Lastarria.




El Barrio Lastarria se ha transformado en un ícono de la cultura y la gastronomía santiaguina, con una serie de cambios desde su creación, que lo hacen un fiel representante de la idiosincrasia nacional.

El Barrio Lastarria se caracteriza por ser uno de los sectores más recorridos de todo Santiago. Con decenas de restaurantes y bares, además de los variados museos y galerías de arte que existen, hacen de esta zona de la capital un lugar muy atractivo para cada persona, ya sea turista o un simple transeúnte que lo visite.

Sin embargo, desde su creación, a mediados del siglo XIX , el Barrio Lastarria ha sufrido una serie de cambios, que pasan desde su infraestructura, hasta de quienes lo habitan, para transformarse en lo que hoy muchos conocen, un lugar de trascendencia cultural y social, que hacen que sea un barrio muy distinto a los demás.

Se le han realizado variadas renovaciones a este lugar, desde la remodelación que se le hizo a la fachada de la Parroquia de la Vera Cruz, como también una serie de cambios a diversas edificaciones.

Alguien que ha vivido estos constantes cambios es Luis Lillo, dueño de la Librería Psiquis, quien cuenta que lleva 15 años atendiendo a los fanáticos de la literatura contemporánea, señalando que “este barrio ha sido librero desde que yo tengo memoria”, además de relatar las variadas remodelaciones que se le han efectuado a este sector de la capital, algunas que le ha tocado vivir personalmente.

“Se han hecho algunos cambios en el barrio, como fue la transformación que se le hizo a la calle Lastarria, hace como cinco años”, señala Lillo, en donde se remodeló esta calle, para convertirla en un pequeño paseo peatonal, que comienza en la intersección en calle Rosal, y termina con Merced.

Asimismo, Luis Lillo manifiesta que el ensanchamiento que se le hizo a la calle Merced por la implementación del Transantiago, ha sido perjudicial para la mayoría de los locatarios. “Antes había un paradero por aquí (frente a la calle Lastarria) pero ahora ya no existe, es muy poca la afluencia de público que hay, comparada con años anteriores”, manifiesta molesto este “librero”.

Sin embargo, para él, han sido relativamente buenos los cambios que se le han hecho a este barrio, puesto que han mejorado ostensiblemente las visitas que se le hacen a este lugar.

“Se han instalado nuevos restaurantes y cafeterías, como Cafetería Utopía, las que han hecho del Barrio Lastarria un sector de renombre de la comuna de Santiago”, recalca Luis Lillo.

Para Patricio Fuentealba, administrador del cine El Biógrafo, ha estado trabajando en el Barrio Lastarria desde que llegó a la alcaldía de Santiago Jaime Ravinet, pasando por Joaquín Lavín, Raúl A lcaíno, hasta el actual mandato de Pablo Zalaquett, en donde ha podido apreciar los cambios que ha sufrido este barrio, los que han sido enfocados en especial medida al sector gastronómico y cultural.

“Hemos podido apreciar la constante remodelación de este barrio, como se ha transformado en un lugar gastronómico de importancia y como también han aparecido variadas manifestaciones culturales, como es el Museo de Artes Visuales, y también algunas facultades universitarias”, manifiesta con seguridad Fuentealba.

Además, señala que esta renovación ha podido ampliar la gama de ofertas en materia cultural que posee el Barrio Lastarria, las cuales han hecho que aumentan las visitas, y por consiguiente, el respaldo de la ciudadanía a este recorrido sector.

Diferente a los demás

Algo que hace que este barrio sea distinto a los demás, es su variada oferta gastronómica y cultural, la que hace que miles de personas lo visiten constantemente. Sin embargo, el auge que han tenido variados sectores de Santiago puede que hayan afectado en materia económica a los locatarios de esta zona.

El Barrio Bellavista es un fiel exponente de esta alza comercial, con más de 100 años de historia, este sector que une a la comuna de Santiago y Recoleta, se caracteriza por ser un barrio bohemio, rodeado de bares y discoteques, los que son visitados constantemente los fines de semana por cientos de jóvenes deseosos de desenfreno.

Para Mario Gottlick, dueño del restaurant Living del Té, este auge que ha tenido el Barrio Bellavista no ha sido sinónimo de pérdidas económicas en su local, ni menos en el Barrio Lastarria.

“No hemos tenido problemas con el Barrio Bellavista, porque es distinto el público que los visita a ellos, que del que tenemos nosotros. Ellos van a bailar, mientras que acá vienen a comer”, sostiene Gottlick.

Algo parecido es lo que señala, Rodrigo Aguilar, administrador y chef del restaurant Zabo, quien sostiene que “las ventas no han disminuido, no tienen nada que ver este barrio (Lastarria) con el `Bella´ (Barrio Bellavista), son públicos totalmente diferentes”.

Lo mismo piensa Patricio Fuentealba, quien señala que el público que principalmente visita el Barrio Lastarria es turístico, quienes desean conocer con la luz del sol, todas las bondades que puede ofrecer este sector, como puede ser el cine.

“Son muchos los extranjeros que vienen, además de gente que trabaja por este sector, que son habitué del barrio porque lo conocen, así que no nos afectado para nada la incursión de Bellavista”, señala el administrador de cine El Biógrafo.

Es posible apreciar que son muy notorias las diferencias que tienen ambos barrios, los cuales no son visitados por públicos muy parecidos, ya que por un lado, son jóvenes que desean disfrutar una noche de parranda y otros que quieren pasear y ser parte de la cultura santiaguina.

Felipe Núñez C.

http://www.zabo.cl/

http://www.barriolastarria.com/cafeteria_living_del_te_barrio_lastarria.htm

Un cine con historia propia/Cine El Biógrafo, manteniendo la tradición del Barrio

Ubicado en José Victorino Lastarria 181



La evolución de una de las salas de cine independiente más importantes del país, manteniendo su línea y con nuevos proyectos, lo han convertido en punto de encuentro para jóvenes y adultos.
Por Rodrigo Pantoja Jara


A lo largo de sus más de 20 años de historia, cine El Biógrafo, ha logrado mantenerse a través de los años como una de las salas cinematográficas más importantes de la escena nacional, gracias a una buena administración realizada por Transeuropa Chile Limitada, quienes se han preocupado de satisfacer las necesidades de sus clientes.

Un ejemplo de lo mencionado, es lo importante que ha significado para el longevo Barrio Lastarria la creación de este inmueble, que pese a no ser un lugar con tantos años como el céntrico sector de la capital, sí ha logrado sobrevivir en comparación a otros locales comerciales, restaurantes u otros cines de la región que han desaparecido a través de los años.

Nacido en avenida José Victorino Lastarria 181, como una sala de arte y ensayo en donde algunos directores publicitarios exhibían sus trabajos a finales de los años 80`, cine el Biógrafo se convirtió en una sala independiente a partir de la década de los 90`, cuando la productora Transeuropa Chile Limitada adquiere la propiedad.

A partir de 1992, Transeuropa transforma el lugar y lo convierte en una de las salas cinematográficas más importantes del país. Tiempo después aparece de manera anexa al cine, Café El Biógrafo, lugar que servía como punto de reunión para aquellas personas que previo o antes de ver una película se congregaban en ese lugar para charlar un rato.

Sin embargo, el café dejó de existir a finales de la década de los 90`, cuando Transeuropa decide comprar el recinto, para transformar el tema en un polo cultural relacionado absolutamente con el cine.

A partir de eso se ha dedicado específicamente a la programación de películas de origen europeo e independiente-norteamericano, siendo ese el nicho de cine que siempre ha estado exhibiendo y que lo han transformado en una marca registrada para todo seguidor de este tipo de películas, a partir de su reinauguración en el año 1999.

No obstante a esto, el administrador del recinto, Patricio Fuentalba, indica que uno de los nuevos proyectos que se planea realizar por parte de sus propietarios es la construcción de un nuevo café temático entorno al cine y que utilizará el mismo nombre que su antecesor.

Café El Biógrafo, será el gran proyecto que se realizará dentro del próximo año y según palabras del propio administrador del lugar, “sólo faltan los trámites del SESMA y los permisos municipales, así que estimamos que esto debería estar listo a finales de año, ya que el tema del SESMA es más o menos lento”.

Al consultarle sobre la posibilidad de concretarse otros proyectos entorno al cine o convenios con otras empresas, Fuentealba es claro al responder que “otros proyectos por ahora no hay nada, nosotros somos independientes y tratamos de no formar convenios de ninguna índole, sino que manejarnos de forma totalmente independiente”, señaló.

Cine Independiente e inspirador.

Cine El Biógrafo es una de las pocas salas cinematográficas que son 100 por ciento independientes y que se mantiene económicamente sólo a través de la venta de entradas por el concepto de exhibición de películas.

En relación al importante marco de público que posee el recinto, Patricio Fuentealba señala que “es el público el que determina por cuánto tiempo se va a exhibir una película, éstas pueden estar presentándose desde dos semanas hasta dos o tres meses, que es lo que más ha estado una película, no existe un calendario estable sino que va de acuerdo a la respuesta del público”.

Bajo esta fórmula realizada por El biógrafo, se logra una relación de alta fidelidad con su público, en el que además logra reunir a una amplia gama de espectadores que va desde jóvenes de 20 años con ganas de aprender más y más, hasta un público con más experiencia y que gusta del buen cine independiente como lo es el público de 60 a 65 años que asiste al Biógrafo.

Sin embargo, Fuentealba comenta que pese a que los dueños del cine es la empresa Transeuropa Chile Limitada, “la programación de películas es manejada por distribuidores, quienes son los encargados de traer las películas y las programan en las diferentes salas de cine siendo El Biógrafo una alternativa más dentro de la programación”.

Por otro lado, cine El Biógrafo no sólo se ha caracterizado por ser independiente y poseer un público fiel a lo largo de sus años de vida, sino que además por servir de inspiración a otras salas cinematográficas chilenas.

Tales son los casos de la Sala de Cine de la UC y de Cine Arte Alameda, pero siempre recalcando las diferencias con sus pares. Así lo argumenta Fuentealba, señalando que “el cine El Biógrafo es independiente en un 100 por ciento, distinto a lo que acontece con el Cine Arte Alameda y otras instituciones, quienes pertenecen a fundaciones y empresas particulares”.

Mientras tanto, el cine se encuentra exhibiendo dos películas, “París” y la cinta italiana elogiada por la crítica cinéfila titulada, “Gomorra”. El precio de las entradas es de lunes a miércoles (incluyendo festivos) a $1.700, de jueves a domingo $2.800, con la posibilidad de pagar a través de efectivo, Redcompra y Tarjetas de Crédito bancarias.

Además, pueden reservar sus entradas llamando al 633 4435. Las reservas se pueden realizar hasta 30 minutos antes del comienzo de la función.

Para mayor información de horarios y reserva de entradas, se encuentra disponible el sitio Web oficial del cine, el cual es http://www.transeuropafilms.cl/biografo/.

lunes, 22 de junio de 2009

Una feria a la antigua


















Felipe Núñez C.

Faltaban siete minutos para el mediodía, caminaba y caminaba a través de la calle José Victorino Lastarria, cuando llegué a la intersección con Rosal sin darme cuenta. En ese momento divisé una serie puestos, pensé que era una feria artesanal, sin embargo, al acercarme lentamente me di cuenta que era otra cosa.

Le pregunté a una mujer que atendía el primer puesto qué cosas vendía, ella me dijo que antigüedades en general, desde vajillas de porcelana, pasando por copas de vidrio y cristal que llegan hasta los 25 mil pesos cada uno, hasta figuras muy básicas de cerámica, de muy poco valor.

Ximena Vivanco es su nombre, y cuenta que lleva 6 años instalada en este lugar, en donde me explica que es la Feria de Antigüedades y Libreros del Barrio Lastarria, que desde 1992 está situada en esta transitada calle. No obstante, sólo desde el 2002 que cuentan con una organización entre cada vendedor, llamada Agrupación de Anticuarios y Libreros, quienes velan porque siga manteniéndose con vida cada uno de los puestos que hasta ahora existen.

Continúo con mi recorrido por esta feria, cuando veo un modelo a escala de un Volkswagen Escarabajo descapotable, me llama mucho la atención, pero se termina cuando me dicen su precio, 50 mil pesos.

Sigo avanzando cuando veo un puesto muy llamativo, en donde tienen una serie de cámaras fotográficas antiguas, y otra serie de artefactos como lentes y rollos. Le pregunto al vendedor de qué año son, dice que son de muy variadas épocas, desde las década del ´40 hasta los ´90, y con valores muy disímiles, ya que se pueden encontrar artículos desde los 500 pesos, hasta los 100 mil.

Cuenta que sólo lleva 5 meses desempeñándose en esta feria, pero a la vez muy a gusto en ella, dividiendo su tiempo entre este trabajo y su verdadera vocación, la fotografía.

Después de conversar un buen rato con Américo Tapia, el vendedor de artículos fotográficos, llego a uno de los locales que cuenta con la mayor cantidad de antigüedades. Esto porque posee una serie de objetos que pertenecen a diversas épocas de nuestra historia.

Juan Carlos Silva es quien atiende este puesto, cuenta que lleva un año aproximadamente trabajando en este lugar, ofreciendo variados artículos, que pertenecen a diversas etnias, como Aymarás, Incas o Mapuches, siendo esta última la que tiene un mayor número de objetos.

Es posible encontrar un mate de plata Mapuche de 1850, que fluctúa en los 300 mil pesos, como también collares y aros de esta misma etnia, con muy variados precios, además de un kultrún, instrumento típico, en ocho mil pesos.

Sin embargo, no sólo antigüedades tiene esta feria, ya que cuenta con una serie de puestos dedicados a la venta de libros usados de muy diversa índole. Fue a ese lugar donde me dirigí.

Son tan parecidos los puestos, que sólo me detengo en el primero para apreciar lo que ofrece. Francisco Núñez es quien lo atiende, lleva cinco años en la feria, en donde posee una gran variedad de obras, las cuales pasan desde libros de historia de Chile, universal, diccionarios, novelas, hasta pequeños calendarios infantiles con personajes como Mafalda o Asterix.

Sus precios son muy bajos, ya que tienen libros desde dos mil, hasta diez mil pesos, además de la promoción que tiene, en donde en un cajón de plástico, tiene una gran cantidad de pequeños libros a tan sólo mil pesos.

Después de recorrer esta parte de la feria, en donde aprecié diversas obras de literatura, tanto chilena como universal, me detengo a mirar por última vez este lugar, para luego continuar mi recorrido por uno de los barrios más llamativo de todo Santiago.

http://www.barriolastarria.com/feria_antiguedades_barrio_lastarria.htm

Recorriendo Lastarria


Por Rodrigo Pantoja Jara

El histórico y por estos días bullado Barrio Lastarria, ubicado en las faldas del cerro Santa Lucía, se ha convertido en un lugar de encuentro entre amigos, de personas que desean disfrutar de un grato momento leyendo libros y tomando una buena taza de café o simplemente para reunirse con su pareja y disfrutar de una fría tarde de invierno deleitándose con la variada gama de locales que hay en los alrededores de este prestigioso barrio inaugurado en 1850 y que en la actualidad se encuentra más vigente que nunca.



Lugares como el Teatro Lastarria 90, que con cinco años de vida ya son marca registrada en el sector, gracias a las buenas obras que son representadas por compañías independientes y emergentes sirven como punto de encuentro para que amigos se reúnan para disfrutar de una buena representación teatral, para luego despedirse y dejar sólo a una joven pareja de pololos que seguirá disfrutando de las bondades del lugar.

El recorrido continúa, y luego de pasar un grato momento disfrutando de la limpieza del barrio y de la tranquila Plazuela de Vera Cruz rodeada de árboles y de juegos infantiles colocados por la Ilustre Municipalidad de Santiago, la joven pareja hace un break en su tarde para dirigirse a una de las nuevas cafeterías del Barrio Lastarria.

Con cerca de un año funcionando, Café el Observatorio es dueño de una gran variedad de platos, enfocados en especial medida en la repostería, distinguiéndose del resto de las cafeterías al tener dos variedades de cafés, el café tradicional de Guatemala y el café Galápagos, los cuales tienen distinciones de sabor, aroma y acidez. Un lugar adecuado para disfrutar de una rica taza de café y una grata compañía.

El frío ha disminuido y ha llegado la hora de visitar algunas tiendas ubicadas en los alrededores de Av. Merced con Av. Lastarria. Entre ellas, algo nuevo, la tienda de ropa para hombre y mujer, Karmyka, tan sólo lleva un mes con sus puertas abiertas obteniendo una buena aceptación por parte de la gente que visita el local y con ganas de establecerse por muchos años, tal y como lo ha realizado la disquería Kind of Blue, que con más de siete años funcionando, ha logrado mantenerse fiel a su propuesta diferente, trayendo lo mejor del jazz, blues, rock, música docta, folklore latinoamericano, música étnica, electrónica y experimental, además de tener clásicos del cine en formato DVD, en películas como “The Shinning” de Stanley Kubrick o “Pulp Fiction” de Quentin Tarantino.


Sin embargo, y tras disfrutar al aire libre del plato principal del Bar Restaurant Zabo, que con sólo 9 meses en el barrio, se ha especializado en la comida japonesa y en una muy amplia gama de tragos, en especial vodka, en su mayoría importados, la joven pareja universitaria decide finalmente ver una película tras la tentación de que les dejó la disquería Kind of Blue al no poder comprar una buena película. Por lo que en su camino se encuentran con el mítico cine El Biógrafo, quien resolverá sus problemas a través de atractivas propuestas cinematográficas.

Con más de 20 años de historia este recinto continúa siendo una de las salas más importantes del séptimo arte en nuestro país, exhibiendo películas de cine independiente y europeo, que no siempre llegan a las grandes salas como Cinermark o Cine Hoyts.

Entre la difícil misión sobre que película elegir, cine El Biógrafo a estrenado “París”, producción francesa que cuenta la historia de Pierre, un bailarín profesional que es obligado a dejar su trabajo cuando sufre un grave ataque al corazón. Mientras espera que un transplante le salve la vida, no encuentra mejor pasatiempo que observar a la gente que pasa por debajo del balcón de su departamento parisino.

Por otro lado, también está en exhibición la cinta italiana, " Gomorra"film que abarca todos los “valores” a los que tienen que enfrentarse cada día los habitantes de las provincias de Nápoles y Caserta. Entre ellos el poder, el odio y la sangre son parte de cinco historias que se entrecruzan en este paisaje violento, aparentemente alejado de la realidad, pero bien enraizado en esa tierra.

Es así y tras elegir esta última película de origen europeo, es como los protagonistas de esta historia han conocido más de este prodigioso barrio, recorriéndolo y escuchando parte de las historias que existen en el lugar y que ellos en una fría tarde de día domingo han colaborado para que estás nunca terminen.

El paseo del sabor


El Barrio Lastarria es uno de los lugares con mayor afluencia de público de Santiago, en especial medida por los turistas, o por quien desee un momento de esparcimiento. En esta nota realizamos un pequeño recorrido por los más variados restaurantes del sector, dando a conocer algunos de sus platos, y una que otra cosa más.
Por Felipe Núñez C.

Ubicado en el centro de Santiago se encuentra uno de los sectores más reconocidos por la bohemia capitalina, el Barrio Lastarria. Con más de un siglo de vida, este lugar rodeado de casonas antiguas, museos, teatros y galerías de arte, que son un deleite para sus visitantes, es dueño de una gran historia. Sin embargo, no sólo promoviendo la cultura vive este barrio, ya que desde hace mucho que existen una serie de locales comerciales que dedican todo su tiempo a ofrecer las variadas exquisiteces que tiene la gastronomía.
Son tan diversos los restaurantes que existen en el Barrio Lastarria, que se necesitarían decenas de páginas para dar a conocer cada uno de ellos. Es por esta razón es que se realizará un pequeño tour por algunos de los locales más influyentes y al mismo tiempo diferentes entre sí, lo que los hace muy llamativos y entretenidos.
Comenzando el recorrido por este connotado barrio, se puede encontrar uno de los restaurantes más antiguos de la zona. El Restaurant Bar Gato Pardo ubicado en el centro de la calle Lastarria es reconocido internacionalmente por algunas revistas de gastronomías por su variada gama de platos, la que según Pedro Verdecco, administrador del local, es catalogada por la mayoría de sus clientes como la mejor del barrio.
Con 17 de años de existencia, y decenas de comensales que los visitan día a día, Restaurant Gato Pardo se caracteriza según Verdecco por “las pastas hechas en casa, y el estofado de conejo que enloquece a lo turistas y a quien nos visite”.
Abierto desde las 12:00 horas todos los días, hasta las 24:00 horas de lunes a jueves, y hasta la 1:00 de la mañana viernes y sábado.
Continuando el recorrido, es posible encontrar a unos pasos del anterior restaurant, una de las nuevas cafeterías de este barrio. Con cerca de un año funcionando, Café el Observatorio es dueño de una gran variedad de platos, enfocados en especial medida en la repostería.
Para su jefe de cocina, Fernando Marchant, la clave del éxito de su local es la especialidad que ofrecen, dos variedades de cafés, señalando que “uno es el café tradicional de Guatemala, y el otro es el café Galápagos, los cuales tienen distinciones de sabor, aroma y acidez. Siendo el primero de un sabor fuerte, y el segundo un poco más suave y de sabor más acaramelado”.
El público que visita diariamente al Café el Observatorio es muy variado según Marchant, ya que pueden pasar desde adultos mayores, hasta jóvenes universitarios y ejecutivos de distinta índole.
Este local está abierto gran parte del día, comenzando a ofrecer sus productos de lunes a viernes, desde las 08:30 hasta las 22:00 horas, y sábado y domingo de 10:00 a 22:00 horas.
Después de degustar un exquisito café Galápagos nos dirigimos a otro de los locales más antiguos del sector. Restaurant R, con más de 18 años en el rubro de la gastronomía, se destaca por su variada gama de platos, muy bien condimentados, y de un sabor inconfundible.
Daniel Campos, administrador del local nos manifiesta que se especializan en la preparación de pastas, las cuales son del gusto de turistas y altos ejecutivos, quienes acostumbran a visitar el local.
Según Campos su variada carta es la que los hace líderes dentro del Barrio Lastarria, además sostiene con mucha seguridad que “nuestra oferta es atractiva, amena e internacional. Eso es lo que más les llama la atención a nuestros clientes”
Su atención comienza a las 11:30 hasta la 1:30, de lunes a jueves, y de viernes a sábado de 11:30 a 2:00 horas.
A tan sólo un costado de este connotado establecimiento, se encuentra uno de los más nuevos locales de este barrio. Con no más de 8 meses en este sector de la capital, Bar Restaurant Zabo se especializa en la comida japonesa, utilizando los mejores mariscos de nuestro país, para la preparación de diversos platos, como es el muy conocido sushi, u otros que no lo son tanto.
Para su chef, y a la vez administrador, Rodrigo Aguilar, su receta más conocida es el “culatorro”, que es un rollo de arroz, a base de salmón, queso crema, todo cubierto con un batido de témpora (que es una especie de apanado). Este rollo está dividido en 8 cortes.
“Para nuestros visitantes este plato es uno de los mejores que existen dentro del barrio, además que cada rollo que nosotros tenemos, son creados por nosotros, no existen en otro local del mismo tipo”, señala Aguilar.
Sin embargo, este local no sólo se caracteriza por su variada gastronomía, puesto que también poseen una muy amplia gama de tragos, en especial vodka, en su mayoría importados. “Tenemos una gran variedad de vodkas, algunos que sólo se pueden encontrar en nuestro local, como es el Chopin o el Finlandia. Además tenemos toda la gama de Absolut”, sentencia el chef Aguilar.
Abierto de lunes a sábado, desde las 13:00 hasta la 1:00.
Finalizando nuestro pequeño viaje por el Barrio Lastarria, llegando a calle Merced, es posible divisar otro de los locales más llamativos del sector. Restaurat Living del té, especialista en ensaladas y jugos naturales, es reconocido, según su propio dueño, Mario Gottlick, por las doce ensaladas que preparan.
Para Gottlick, otra de las características que hace que su local sea atrayente es la preparación que poseen sus jugos, los cuales se realizan con frutas naturales, a diferencia de los demás establecimientos. “Los otros locales hacen sus jugos con pulpa de fruta, muy distinto a lo que hacemos nosotros, que ocupamos frutas fresquitas para hacer nuestros `brebajes´”, afirma su dueño con mucha simpatía.
Abiertos sin excepción de lunes a domingo, de 10:30 a 22:00 horas.
Después de este pequeño, pero sabroso recorrido por el Barrio Lastarria, pasando por diversos restaurantes, en donde pudimos encontrar todo tipo de platos, como exquisitas ensaladas, rollos de arroz, espectaculares cafés, y un estofado de conejo imperdible, difícilmente sus visitantes podrán perderse alguna de estas recetas, las que siguen y seguirán invitándolos a pasar un buen momento en uno de los sectores más entretenidos y reconocidos de Santiago.


http://www.errepunto.cl/
http://www.abarzua.cl/

Más de un siglo de bohemia/ El Barrio Lastarria, cien años dedicados al esparcimiento cultural

El Barrio Lastarria se creó a mediados de 1850, y todavía es capaz de llamar la atención de sus visitantes.
Con decenas de lugares dedicados a la recreación, este sector de la capital sigue entregando a quien lo visite un momento que nunca olvidará.

Felipe Núñez C.

Son muy variados los barrios que existen dentro de Santiago, algunos muy reconocidos, otros que no lo son tanto. Sin embargo, son muy pocos los que poseen una serie de características que los hacen distintos a los demás. El Barrio Lastarria es un fiel representante de esto, puesto que con más de cien años de historia, todavía puede enamorar a los cientos de personas que lo visitan constantemente.

Este encantamiento que entrega el Barrio Lastarria comenzó desde su creación, a mediados del siglo XIX, cuando se terminaron de construir algunas de los edificios que aún conserva esta zona capitalina, como es la Parroquia de la Vera Cruz, la remodelación que se hizo al Cerro Santa Lucía, además de la creación del Parque Forestal.

Según el profesor de Ciencias Sociales del Liceo José Victorino Lastarria, Daniel Gatica, a fines de 1850 se asentaron las primeras familias alrededor de este barrio, como fue la del reconocido intendente de Santiago, Benjamín Vicuña Mackenna, también del Presidente Pedro Aguirre Cerda.

“Además de importantes autoridades políticas, vivieron en le barrio grandes artistas y pensadores de nuestro país, como el pintor Camilo Mori, quien tiene actualmente un teatro en su honor o el escritor Luis Orrego Luco”, afirma Gatica.

El Barrio Lastarria además de haber sido (y ser) una zona residencial exclusiva de Santiago, fue un sector que tuvo construcciones muy particulares, con casonas y edificios de características muy interesantes, las que comenzaron a realizarse durante la primera mitad del siglo XX.
Para Gatica son de un nivel impresionante, aparte de ser según él “muy llamativas para cualquier visitante, con terminaciones exquisitas que por suerte todavía se conservan en el país. No por nada el Barrio Lastarria fue declarado Zona Típica de Santiago en 1997”

De estas edificaciones se encuentra la casa del reconocido arquitecto Luciano Kulczewski, construida en piedra, y actualmente declarada Inmueble de Conservación Histórica.

Una renovación cultural

Ya a fines del siglo XX el Barrio Lastarria comienza renovarse por completo. Primero que todo se restauraron las fachadas de decenas de edificios, “la Parroquia de la Vera Cruz fue una de las construcciones que tuvo uno de los mejores trabajos de restauración, pero al mismo tiempo más arduo, porque que comenzaron en el año 2001 y terminaron en el 2002”, señala el profesor Gatica.

Además de la remodelación de los edificios del sector, se repavimentaron y ensancharon algunas veredas del barrio, y se creó el paseo peatonal de la calle Lastarria, que comienza en Rosal hasta Merced, en donde se instala una Feria de Antigüedades y Libros los días jueves, viernes y sábado desde las 10 de la mañana.

Algo que llama mucho la atención de este barrio, son las decenas de locales comerciales que posee, los cuales tienen la más variada gama de servicios. Como son las librerías existentes, tiendas de diseño, algunos restaurantes de gran diversidad, bares y pubs de música alternativa, que realizan presentaciones en vivo, aparte de las típicas cafeterías que abundan en esta zona de la capital.

Sin embargo, lo que principalmente llama la atención de sus visitantes son las galerías de arte, museos, cines y teatros que existentes, las que ofrecen muy variadas exposiciones y obras, que sumadas a la gran variedad de público que llega, hacen que el Barrio Lastarria sea vanguardista y moderno.

En resumen, es posible manifestar que a lo largo de sus más de cien años de historia este sector de la capital ha tenido una serie de cambios, los cuales siempre han sido para su bien, generando una mayor apertura, ya sea cultural como económica, para ofrecerle a sus visitantes algo más que simples construcciones y restaurantes de comida chatarra.

http://www.municipalidaddesantiago.cl/

Dos historias en un solo barrio

El Barrio Lastarria denominado como el nuevo centro del arte, la cultura y la entretención, se encuentra rodeado de cines, restaurantes, cafés y por la existencia de dos teatros con distintas tradiciones y con una identidad propia que los identifica a uno del otro.

Por Rodrigo Pantoja Jara

Más de 50 años de historia teatral rodea a este sector céntrico de la capital, lleno de historias, penas y alegrías, futuros proyectos, nuevos y viejos rostros, ahí es donde nacen el Teatro Ictus y Lastarria 90.

Dos historias separan y diferencian a uno del otro. El Ictus acaba de cumplir más de 50 años de historia y continúa como uno de los teatros más importantes del país.

Por su parte, el Teatro Lastarria 90, con cinco años de vida ha comenzado a sacar sus primeras armas de competencia al exhibir obras de compañías independientes y poco conocidas a diferencia de lo realizado por el Ictus.

Sin embargo, ambos teatros adornan y profundizan aún más la mística cultural que rodea a este barrio capitalino.

Un teatro con historia propia

En Chile no existe una compañía teatral más antigua y con más influencias sociales que el Teatro Ictus fundado en la década de los 50´ por Germán Becker, Jaime Celedón y Mónica Echeverría.

Por este recinto han circulado más del 70% de actores nacionales ya consagrados tanto por sus actuaciones en grandes producciones televisivas como en representaciones realizadas en los teatros y siendo aplaudidos por sus colegas. Entre los que se destaca la presencia de Nissim Sharim, José Secall, Delfina Guzmán, entre otros grandes artistas.

De esta manera el Teatro Ictus es considerado uno de los centros formativos más respetados e importantes del país, además de poseer un prestigio y reconocimiento a nivel internacional, participando en varios montajes realizados en países europeos y latinoamericanos, y otorgando reconocimientos tanto a directores como actores, premiando a varios de éstos por sus trayectorias.

El Teatro Ictus al ser una de las primeras compañías teatrales del país y en búsqueda de su propia identidad, incorporaron en sus obras la creación colectiva, es decir, obras escritas por autores poco tradicionales o basadas en temáticas contemporáneas relacionados a conflictos sociales. De esta forma el Ictus se fue desligando poco a poco de las representaciones tradicionales enfocadas a obras escritas por dramaturgos de renombre internacional.

Mauricio Almuna, administrador del recinto comenta que en la década de los 60´, los actores producto de su formación cultural fueron tomando una visión de la sociedad convulsionada de la época y que más tarde fueron representando en sus obras. "Al ser la mayor parte de los actores vinculados al mundo de la izquierda, se les fue dando una connotación distinta a sus obras y nació una nueva forma de hacer humor que no existía aún en Chile y que incluso los llevó a la televisión, con el programa llamado "La Manivela", de la compañía teatral del Ictus", expresa mirando un par de fotografías antiguas el administrador del lugar y amigo de varios de los artistas que han pasado por el teatro.

Años después en la época del régimen militar el teatro vivió años difíciles y según palabras del propio Almuna, muchos actores al estar vinculados públicamente con la izquierda "sufrieron amenazas de muerte a través de llamadas telefónicas". Los actores en respuesta, aprovecharon la ocasión y los conflictos sociales para exhibir obras relacionadas a lo que sucedía por aquellos años, sin recibir algún tipo de censura al respecto.

Hoy en día el Teatro Ictus sigue cosechando triunfos y de la mano de su actual director Nissim Sharim, continúa en vigencia y obteniendo premios, como el Altazor obtenido por el propio Sharim como mejor actor de teatro por la obra "Visitando al señor Green", obra exhibida en el Ictus y que trataba temas tan diversos como la tolerancia, homosexualidad, la relación padre e hijo, la tercera edad y el abandono.

En la actualidad, el Teatro Ictus continúa consolidando su proyecto al exhibir obras con alto contenido social y marcando presencia en el mercado. Obras tan exitosas como "Pedro, Juan y Diego" realizada en la década de los 70´a lo más actual con "Visitando al señor Green", son los tipos de representaciones que se pueden encontrar y que dejan un mensaje de reflexión para la sociedad.

Saliendo del cascarón

Con tan sólo cinco años de existencia, el Teatro Lastarria 90 se diferencia del Ictus tratando de obtener una su propia identidad para diferenciarse del resto en el mercado del teatro. Es por esto y tras pasar de ser la escuela de teatro de la Universidad Católica (en donde pasaron figuras de la actuación como Héctor Noguera y Liliana Ross) a llamarse Teatro Lastarria 90, sus dueños y también actores, Luciano Cruz-Coke y Felipe Braun, dan la oportunidad a compañías independientes y emergentes de exhibir sus obras.

“Gracias a la obtención del Fondart, tenemos la oportunidad de realizar obras de teatros independientes por parte de nuevas compañías de teatro y sin la necesidad de estar cobrándoles arriendo”, comenta Felipe Braun.

Por su parte, el administrador del recinto, Miguel González, cuenta que “Se hace un calendario de marzo a diciembre, en donde la gente postula en el año anterior y son seleccionados en el mes de noviembre. Finalmente se les pasa la sala uno y dos a las compañías y se les da la opción para que expongan sus obras (…) porque hay muchas escuelas de teatro en el país y por eso le damos esta oportunidad”.

Este teatro pese a tener pocos años de vida, ya ha logrado algunos éxitos como la obra titulada como “La matanza de Zapallar”, con Diego Muñoz como director y la participación de Fernanda Urrejola, Javiera Díaz de Valdés, Francisca García-Huidobro entre otros.

Así poco a poco el Teatro Lastarria 90, va concretando poco a poco sus proyectos entre los que cuenta continuar motivando a las compañías emergentes a mostrar sus ideas y por otro lado, han vuelto a ganar un proyecto para hacer cine digital con el cual se planea realizar un ciclo de cine.
Ambos teatros con dispares historias continúan fomentando el arte teatral en el emblemático Barrio Lastarria, y es así como el Teatro Ictus comenzará a exhibir la nueva representación y el regreso de Boris Quercia al mundo de las tablas con la obra “Malacara” dirigida por Álvaro Viguera y con la música original de Camilo Salinas.

Mientras que el Teatro Lastarria 90 continúa con la exhibición de la obra llamada “El mal de la juventud”, con presencia de nuevos actores para la escena nacional.

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